A la tesis de Mundell que la apertura de la cuenta financiera implicaba un dilema entre el manejo más autónomo de la política monetaria o de la política de cambio sucede hoy la idea de una “dualidad imposible” por la perdida de autonomía de la política monetaria, cualquier que sea el régimen de cambio (Flassbeck, 2001). La especificidad de esta dualidad imposible, propia a las economías periféricas, ha sido teorizada en una perspectiva keynesiana por Conti, Prates y Plihon (2014) como resultante de tres asimetrías secuenciadas : 1° sus monedas no son divisas por no tener aceptación internacional, 2° sus cuentas de capital son amenazadas por los ciclos de liquidez internacional, 3° sus tasas de interés básicas deben incluir un premio de iliquidez de la moneda para asegurar la liquidez de sus mercados financieros. Esta comunicación objetiva caracterizar esas asimetrías como perdida de soberanía monetaria que deriva en perdida de soberanía política. Hacemos la hipótesis que las crisis de deudas publicas en economías periféricas resultan de dichas asimetrías. El análisis se focaliza sobre los caso de Argentina y Grecia.
La crisis de las deudas (publicas y/o privadas) en las economías periféricas de la zona del euro demuestra que, si bien la delegación de la soberanía monetaria empezó por eliminar este premio, ella no garantizaba la resiliencia de la liquidez del mercado de esas deudas al efecto de contagio de la crisis global de 2008. Además, el salvataje que permitió evitar la quiebra de sus sistemas bancarios y el default tuvo como contraparte una delegación de soberanía política en el cuadro de un nuevo tratado. El caso de Grecia es llamativo por la secuencia del rechazo a la aceptación del ajuste recesivo sin fin que este implica. La renuncia a la soberanía política se explicita en una forma que, siguiendo a Streeck (2014), desvirtúa a la democracia. El caso Argentino sigue otro proceso político-institucional pero éste bien como su resultado son comparables. El análisis que proponemos explica como las mencionadas asimetrías han solapado los efectos de una política de cambio alto intentando restablecer la soberanía monetaria y como así terminan forzando a un ajuste fiscal muy significativo, tal vez combinado a la adopción de una política monetaria de nuevo restrictiva, independientemente de quien gana las elecciones.
Mas allá de la diferencia institucional entre un abandono de soberanía monetaria asociado a una ilusión de recuperar márgenes de política económica en Grecia y la incapacidad gubernamental en asegurar la estabilidad monetaria e regular los equilibrios macroeconómicos en Argentina, las dos experiencias sugieren que las mencionadas asimetrías y, por lo tanto, la “dualidad imposible”, caracterizan un sistema monetario internacional sin regulación financiera simétrica (tal como la proponía Keynes) que retira a los países con cuenta corriente deficitaria la posibilidad de soberanía monetaria, lo que termina, cuestionando su soberanía política. En conclusión, intentamos precisar el reto teórico que significa esta proposición para una conceptualización de la moneda inspirada de Théret (2008), como hecho social total.